Cuando conocimos a Wendy, inmediatamente nos dimos cuenta de que teníamos que ayudarla a cumplir su sueño. Platicamos con ella en la Olimpiada Vuela 2012 y al escuchar su historia decidimos apoyarla para que viviera una fiesta de 15 años como siempre la imaginó.
Pero ¿qué tuvo Wendy para lograr comprometernos a cumplir su sueño? Es una niña llena de esperanzas e ilusiones. A pesar de que varias de sus amigas no quisieron continuar con sus estudios, ella insistió en que quería continuar en la preparatoria y un día llegar a la universidad. Al escucharla hablar, inmediatamente se nota en su tono de voz y en sus ojos su orgullo, amor y cercanía con su familia. Pareciera que su familia no se queda ahí en su forma nuclear, sino que sus tíos, tías y primos forman parte de ese núcleo. Es agradecida, al considerar como parte de su familia a aquellas personas que han estado con ellas en los buenos y en los malos ratos.
«Tú estás deprimida». «Tú estás anoréxica». «Lo que necesitas es un psicólogo». Estas fueron algunas de las respuestas que obtuvo cuando fue al hospital a revisarse porque se sentía mal. Lo cierto es que ella no tenía ninguno de estos problemas, tenía un cáncer muy complicado de detectar y de tratar: cáncer de tiroides.
A lo largo del tiempo, Wendy ha luchado para vencer al cáncer y esa lucha consumió toda su energía, recursos y su tiempo. Dentro de ese tiempo, pasó su cumpleaños número 15. No pudo cumplir ese sueño que una niña de su edad quiere y merece. AhoraWendy venció al cáncer. Así que hoy, que ya tiene 18 años, Fundación Vuela junto con Luz de Vida cumplieron su sueño de tener una fiesta con toda su familia, amigos, con el vestido que soñaba, pastel chambelanes y vals. Fue una doble celebración, la del día de su nacimiento y la del día en que recuperó su vida.
Esto es una vez más un ejemplo de que cualquier lucha noble vale la pena por mil personas o por una y es una lección que no vamos a olvidar.