El sábado 29 de marzo de 2014 fue un día poco convencional. Más allá de que no había una sola nube en el cielo cuando el pronóstico aseguraba todo lo contrario, ese día fue distinto para cientos de niños con cáncer y sus familias. Todos ellos estaban invitados al Vuela Art Fest 2014, una fiesta donde el arte y la alegría hacen olvidar el cáncer a los niños que lo padecen.
Como toda fiesta, el Art Fest comenzó con música. La estudiantina del Centro Vocacional La Joya —sede del evento— deleitó a los asistentes con una selección tan variada como entretenida, que pasaba por los Beatles, Coldplay, Celia Cruz y Diego Torres. Al ritmo de “Vivir mi vida”, los niños, papás y voluntarios bailaban y se reían. Se estaban conociendo apenas y era como si fueran amigos de tiempo atrás.
Todos disfrutaron de un rico desayuno, deliciosos cupcakes cortesía de Delicasweet y una nutritiva leche con chocolate donada por Alpura.
A partir de ese momento, los distintos equipos se distribuyeron por los talleres. Mientras que unos acudían al teatro para ver la divertida obra presentada por un mimo, otros posaban para una sesión fotográfica profesional. Al mismo tiempo, unos niños utilizaban sus manos para formar una ciudad de cartón y otros las usaban para decorar un marco de fotografías.
El almuerzo corrió a cargo de Galletas Marián, que los asistentes disfrutaron muchísimo antes de llegar al momento de la Obra Maestra del festival: una pintura de más de 12 metros cuadrados de tamaño. Se trató de la obra “Retrato de familia” del artista José Antonio Gurtubay, quien donó a los niños de Fundación Vuela el cuadro original y supervisó la elaboración del mural. Los materiales para su creación fueron donados por Diversiones Larnicolé.
Después de un poco de complicaciones para encontrar los colores exactos y trazar entre todos la obra maestra, ésta fue un gran éxito.
Al terminar todas las actividades de arte, los asistentes pudieron disfrutar de una rica comida que corrió a cargo del restaurante Olive Garden y Fundación CMR, quienes no solamente aportaron los alimentos, sino que se ofrecieron como voluntarios para servir la comida y atender a los presentes.
Al final y como es tradición en los eventos de Fundación Vuela, todos los asistentes recibieron un apoyo familiar y todos los niños se llevaron un recuerdo donado a través de Café Society.
