Si quisiéramos describir cómo se encuentra nuestra oficina en estos momentos, podríamos mostrarles la ilustración de arriba. Lo cierto es que nos hemos encerrado en nuestra oficina durante mucho tiempo y hemos dedicado cientos de horas a un nuevo proyecto en la Fundación. Es por eso que estamos tan callados.
¿De dónde nace el afán de hacer un nuevo proyecto? De nuestra experiencia. No es que nos hayamos aburrido en estos tres años de trabajo, todo lo contrario. Más bien, hemos visto grandes oportunidades para ayudar mejor a los que nos necesitan, a esa causa que ha cautivado nuestra mente y nuestro corazón: los niños con cáncer.
Los eventos que hemos realizado para brindar un rato de amor y esparcimiento a los niños nos han enseñado muchas cosas: Primero que nada, nos hemos dado cuenta del poder que tiene el encuentro personal para cambiar vidas. Con un encuentro sincero y lleno de cariño e interés genuino, podemos hacerle ver a las personas que atraviesan momentos difíciles que no están solos. Segundo, nos hemos dado cuenta que un solo día no basta, porque el cáncer absorbe días, semanas, meses y años. Un evento con la mejor de nuestras intenciones no va a servir para cambiar una vida y un alma completamente. Hace falta mucho más.
Es por eso que nos hemos metido a trabajar, a rompernos la cabeza pensando en la mejor forma de acompañar y ayudar a los niños con cáncer y a todo su círculo cercano, especialmente sus papás. No basta con verlos una, dos o tres veces al año, sino que hay que conocerlos profundamente y hacerlos sentir que estamos con ellos y que siempre hay esperanza.
Con este deseo comenzamos nuestra investigación. Hemos conocido técnicas, hospitales y fundaciones líderes en todo el mundo en el acompañamiento a los niños con cáncer. Con esto, estamos desarrollando un programa completamente nuevo que involucrará al niño, su familia, voluntarios, médicos, donadores, empresas, gobierno y muchas personas más para que la lucha contra el cáncer sea un poco más fácil de llevar.
Los mantendremos informados, porque muy pronto intentaremos cambiar muchas definiciones tradicionales de palabras como hospital, cáncer, niños, tratamiento y esperanza.