Todos los sábados, los voluntarios de Vuela Fundación se preparan para ir al hospital. Poco a poco se reúnen en nuestras oficinas y comienzan a despertar después de un café (o dos). Los niños ya saben que ese día habrá juegos, manualidades, globos, shows y muchas cosas más.
A 4 meses de haber comenzado el voluntariado del PAI en la Fundación, la respuesta no puede ser mejor. Nuestra meta es que ningún niño se sienta solo. Queremos conseguir —aunque sea por unas horas— cambiarle el significado al hospital, dejar claro que la enfermedad no hace que dejemos de ser quienes somos.
La sala de Oncología del Hospital Pediátrico Moctezuma se llena de playeras rojas que aseguran pasar un buen rato. En las últimas semanas, hemos tenido actividades tan diferentes como un show de magia, manualidades que van desde una alcancía de amor, hasta una pecera y mucho más. Sin duda, una de las más exitosas fue la Leyenda de la Isla de Oro, historia contada por el Capitán Poca-Barba y musicalizada por todos los niños.
La distracción ayuda a reducir el dolor y hacer que el tiempo pase más rápido durante un internamiento. También ayuda a que la mayoría de los niños sigan estimulándose y desarrollándose a pesar de estar internados en el hospital.